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tu mensaje a
sernudista@yahoo.com.ar y cuéntanos tu primera vez,
tus
anécdotas o lo que quieras.
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Tu Experiencia aquí...
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Me
inicie en el nudismo ( verano 1994 ) así por
curiosidad en la playa de los hippies en Cuesta
Blanca, Córdoba. Había escuchado un rumor y no
dude en ir. Al llegar a la playa me encontré con
personas dispersas, gente sola, parejas y alguna que
otra familia. Si bien no todos hacían nudismo, e
lugar daba para hacerlo. camine río arriba, pasando
la primera curva unos 500 metros mas adelante y me
puse a tomar sol... en un momento me
decidi y me quite todo y me quede tomando sol
desnudo, contemplando la naturaleza, las montañas,
el río, su ruido... Cada año volvia al mismo lugar
en Cuesta Blanca hasta que concurrí a EDEN allá
por el 98 (se llamaba NAT) por una revista de
nudismo de argentina que solo tuve 4 ediciones creo.
Me sentí muy cómodo el estar sin nada, tomando sol
o haciendo alguna que otra actividad, sea voley,
croquet, sociales o bien en durmiendo en mi hamaca
paraguaya...
Ya espero con animo los fines de semana calurosos...
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Envío un
tremendo saludo a todos quienes integran este grupo.
Quisiera me permitan explayarme y dedicarles mi
primera impresión como naturista en la ciudad de Mar
del Plata (Playa Escondida) en el día de ayer
11/01/2006.
El solo comenzar el viaje en colectivo me dio un no se
que de mencionar el nombre de la playa, mas recordé
que solo era mi impresión y nada mas. Al llegar a
dicho lugar bajaron varias personas conmigo, eso me
alentó interiormente.
Ya en la playa propiamente dicha, pude observar varios
hombres caminando desnudos sin inconvenientes ni
pudores. Ahí me di cuenta de que aun estaba vestido y
decidí de inmediato desvestirme, para no dar lugar
para arrepentirme.
De cara al acantilado me desvestí y doble mi ropa,
pensando que todas las miradas estarían dirigidas a
mi, por favor que errado estuve, quizás alguna mirada
errabunda, pero nada mas.
Fue FANTASTICO, desnudarme delante de tantas personas
y comprobar que me sentí parte de una comunidad,
aceptado y respetado como uno mas, FASCINANTE.
Poco a poco llegaban mas y mas, mujeres solas,
hombres, familias con sus hijas e hijos y todos
desnudos, rodeados de un respeto que no conocía.
Como todo principiante, no pude evitar mirar a esas
mujeres de atractivos cuerpos y sentirme culpable por
creer que estaba rompiendo alguna regla por mi
desconocida.
Por eso quisiera que si alguien de quienes lean mi
mensaje viven en Mar del Plata se comuniquen para
ayudarme a integrarme con las personas que concurren y
así evitar estar solo como me toco estar ayer. Si bien
estuve solo mis emociones eran un torbellino por lo
bellas y espontáneas.
Agradecería alguien que desee acompañarme y así poder
disfrutar un lugar esplendido y de una jornada
magnifica.
Fernando
un_talfernando@hotmail.com
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Hola
Amigos! Soy Andrea y quiero contarles mis
“primeras experiencias” nudistas. Y digo “primeras
experiencias” porque la verdad es que tuve una primera
experiencia que me tomó un poco de sorpresa, y recién
pude disfrutar plenamente (y realmente me encantó) la
segunda vez que lo hice. La primera vez mi novio me lo
propuso, y yo le dije: “bueno, dale”, con un poquito
de incertidumbre ya que no tenía idea de cómo era. Sí
tenía ganas de experimentarlo, ya que fui toda mi
secundaria a un colegio de monjas y tuve una educación
bastante rígida en cuanto al pudor y la sexualidad se
refiere. Tenía ganas de sacarme todos esos
condicionamientos ridículos e inútiles que nos pone la
sociedad, la vergüenza que se le impone al cuerpo, a
mostrar lo que somos y cómo Dios nos creó, a todos
iguales por cierto. Mis primeras experiencias fueron
en una quinta nudista, y descubrí lo lindo que es
estar en contacto con la naturaleza con todo el
cuerpo: con el aire, el agua de la pileta, caminar
tranquila, hablar con otras personas muy agradables
que estaban algunas en pareja y otras con sus hijos
también, muy linda la paz que se respiraba. Después
fui durante tres veranos a la playa La
Escondida, en Chapadmalal, y apenas bajé por las
escaleras me sentí como pez en el agua: eso era lo que
realmente necesitaba para mis vacaciones, LIBERTAD,
despojarme de todo para descansar absolutamente, estar
como en el paraíso, caminar por la playa desnuda,
sentir la arena en mi cuerpo, nadar en el mar
sintiendo el agua de otra manera, redescubriendo todo
como si fuera una nena. Todo era y sigue siendo
regocijo y alegría cada vez que vuelvo a liberarme de
la ropa, de la bikini, de los prejuicios del “qué
dirán” que a veces pasa en las playas no naturistas
(hay gente que todavía tiene la mentalidad de criticar
porque sí el cuerpo de otros, sin sentido, y lo
peor... es que eso los imposibilita de disfrutar de
sus propios cuerpos con espontaneidad). Les recomiendo
la experiencia de conectarse con sus propios cuerpos,
de estar en contacto con la naturaleza, con el sol,
vivir distinto a como nos acostumbraron, a como nos
educaron, ser nosotros mismos sin importar lo que
otros opinen. Es profundamente otra forma de vida, no
se puede volver a pensar como previamente a hacer
nudismo, nuestra interacción con los semejantes es muy
distinta. En definitiva, mejora y se optimiza nuestra
relación con la naturaleza, con nuestro entorno
(lástima que no todos piensan igual ni se animan a
practicarlo) y con nuestra pareja. Es sorprenderse
experimentando la felicidad que significa el sacarnos
un peso de encima, explorar un nuevo camino de una
vida libre con toda la trascendencia que eso implica.
Un beso grande para todos.
Andrea
trebolessalvajes@yahoo.com
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Quiero compartir con ustedes la
experiencia, espero que otros se sumen y
comenten la suya.
No sólo fue mi primer experiencia con el
body painting, sino la primera
vez que me sentí participe de un hecho
artístico. Aunque el diseño y los
colores los deje a elección del
verdadero artista.
Durante los primeros minutos me costó
concentrarme, pero comencé a sentir que
era parte de la obra, a tal punto que le
pregunté a Héctor si la obra era
suya, mía o de los dos. Intimamente
sentía que era de los dos, mis formas se
adueñaban de otras formas, mi color
tomaba tonos ajenos a la piel humana.
El pincel me acariciaba mas halla de la
mano de Héctor, no era él quien
me acariciaba, lo hacia su arte, me
sentía cómoda, desinhibida.
Otros nudistas se acercaban para ver el
trabajo, miraban mi cuerpo?, no, miraban
la obra, algunos la elogiaban, otros
hablaban de mis formas, eso reafirmaba
mi sentimiento de participación. Me
apoderaba de una sensualidad distinta,
no ajena, distinta.
A medida que la obra avanzaba mi
concentración aumentaba, mi mente era
absorbida por la obra, no había
pensamientos, solo se trataba de sentir.
Fue una experiencia que deseo repetir.
todadescalzahoy@yahoo.com.ar
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La
verdad es que desde antes de mi
adolescencia me aficioné a
buscar lugares alejados en donde bañarme
desnudo, en ríos o mar. Yo pensaba que
estaba haciendo algo prohibido debido a
que nadie más compartía mi forma de
pensar y por la educación un tanto
puritana de mi familia. ¿ Qué me hizo
buscar estar desnudo cuando el resto de
las personas no lo hacía ? no lo sé, tal
vez el sentirme libre de los
convencionalismos de la sociedad
represiva. Como muchos han expresado,
cuando uno está en contacto directo con
la naturaleza, entonces nunca más vuelve
a vestirse para entrar al agua o para
tomar el sol. En aquellos años no
existían playas especiales, sólo se
sabía que en Europa se hacía nudismo.
Quizás fuí un pionero, o un adelantado,
pero pasaron muchos años para que
encontrara otras personas con intereses
parecidos. Bueno, desde entonces todo ha
sido más fácil, el mundo moderno más
comunicado nos ayuda a encontrar a
nuestros pares.
Después me casé y mi señora me acompañó
algunas veces a compartir
esta linda forma de vida. Creo que en
verdad todos somos nudistas, solo
que en muchos casos la educación y
cultura imperantes nos hacen
avergonzarnos de algo que es normal y
natural.
Gracias por permitirme relatar mi
experiencia.
Mauricio Flores M
mollk_len@123mail.cl
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Les
mando la primera experiencia de mi novia, Nancy,
este
mensaje se los mandó a todo sus amigos apenas llegó:
Nos fuimos una semana a Chapadmalal, con Cristián
a "La Escondida", que es una playa nudista que queda
en esa ciudad.
A pesar de que de los 6 días que fuimos uno solo hubo
sol, la pasamos
fantástico. Fue una experiencia alucinante, sentí
estar en el paraíso
terrenal. La playa es re-tranquila, las parejas se
paseaban de la mano
en bolas, familias disfrutando desde el más chiquito
al más grande, todos
en armonía. Los gays, travestis, todos tratados por
igual. Y la consigna
de la playa es esa, nada de quilombo, ni partuza, el
que se sarpa se va, pero nadie se sarpó, todos la
tenían más que clara... cada uno hacían la
suya, nadie nos molestó, al contrario, todos te
saludan..... Me encantó!!!! .
Así que ahora ya no tengo ninguna marca de bikini!!
Vuelvo a estar
desnuda, sin el traje de baño de piel blanco que tenía
hace años. ¡No saben que lindo es sentir el mar, el
sol, el viento, la arena con cada parte de tu
cuerpo!!! (es como si te acariciara la naturaleza)
Altamente recomendable!!!! Solo hay que animarse a
más.
Además uno se saca todas esas vergüenzas estúpidas
inculcadas hacia el
propio cuerpo. Una de las sensaciones más alucinantes
fue que en ese
lugar ¡¡¡todos éramos iguales!!! Y se siente de la
manera más natural... pero para que me entiendan
tendrían que vivirlo .
Les mando un beso enorme a todos...
Cristian
y Nancy
cristianarias78@hotmail.com
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Hola,
somos Aldo y María.
Ante todo queremos agradecer a las personas que se
tomaron la molestia
de indicarnos cómo llegar desde Punta Mogotes a La
Escondida en
ómnibus. Muchas gracias sinceramente por habernos
ayudado a vivir ayer una tarde muy linda, sin mucho
sol (estaba bastante nublado) pero que quedará para
siempre en nuestro recuerdo por haber sido la de
nuestra primera experiencia nudista, que a
continuación paso a comentarles:
Tomamos el Rápido del Sud a 2 cuadras del hotel donde
paramos y en
menos de media hora ya estábamos en la playa. Lo que
más nos costó fue justamente bajar las escaleras y
ubicarnos en un sector, que fue el más apartado de la
costa. Tengan en cuenta que nunca habíamos vivido una
experiencia similar, y por eso hasta último momento
pensé que mi novia se iba a arrepentir de haber ido
apenas viera a la gente que estaba en la playa. Ella
fue a un colegio religioso, y por eso le había costado
bastante aceptar mi propuesta de ir a la playa, pero
finalmente se decidió y bajamos; eso sí, tomado por el
camino que ella me indicaba para no
acercarnos mucho a nadie.
Enseguida nos dispusimos a dar cuenta de los
sandwiches de milanesa que habíamos comprado en
Mogotes, y mientras lo hacíamos note en María un
cambio en la forma de ver lo que pasaba en la playa.
Se daba cuenta de que todo era mucho más distendido y
familiar de lo que pensaba, y al poco tiempo de estar
sentados me lo reconoció, diciéndome que jamás se
hubiera imaginado que la playa iba a ser así. "Voy a
hacer topless", me anticipó después, dándose cuenta de
que como yo le decía a nadie le importaría si lo
hiciera o no, que lo importante era que ella hiciera
lo que más a gusto la hiciera sentir.
Sin creer que fuera a cumplir con lo dicho, me alejé
(todavía en malla)
un poco hacia la costa, y grande fue mi sorpresa
cuando al volver vi a
María sacándose el corpiño y quedando en topless sin
problemas. Sentí
ganas de aplaudirla por su coraje, pero me contuve
para no llamar la
atención.
Poco tiempo después quise bajar a ver cómo estaba el
agua. "Pero no voy
a hacerlo vestido", pensé. Y ahí nomás me saqué la
malla y quedé como
vine al mundo. Fue increíble la sensación de comodidad
que sentí, a tal
punto que ya nada me importó más que vivir esa
experiencia de contacto
con la naturaleza. Ni mirar, ni ser mirado, ni pensar
en lo que la
gente pensara de mí me pareció a partir de ese momento
tan interesante como seguir viviendo esa sensación,
por la que me quedé un buen rato
sentado, sintiendo el aire y la arena de un modo en
que nunca lo había sentido antes.
Finalmente bajé a la costa, tan sumido como estaba en
esa relación con
la naturaleza que no miré absolutamente nada de lo que
ocurría a mi
alrededor. Me interné un poco en el agua, pero al ver
que estaba muy fría
preferí volverme a donde habíamos "acampado" con mi
novia, nuevamente sin otro interés más que llegar
hasta allí, sin mirar a nadie para no incomodar pero
también porque (contra lo que me había imaginado) no
tenía ninguna necesidad de hacerlo.
De a poco fueron llegando nuevas personas a la playa,
todas muy
vestidas por el clima fresquito, y a medida que
pasaban por donde estábamos con mi novia veía cómo las
mujeres que lo hacían miraban sin disimulo hacia mi
"bulto". Pero eso no me importó en lo más mínimo. Ni
tampoco me preocupó que en algunas de esas familias o
grupos que llegaban ninguno se sacara la ropa y sólo
se dedicara a mirar. Solamente quería disfrutar de mi
propia experiencia nudista, sin dar ni cinco de bola a
lo que sucedía alrededor.
Por supuesto, alguna mirada femenina servía para
alimentar mi ego, pero
en ningún momento me sentí excitado sexualmente ni
tuve necesidad de
ocultar mi miembro viril. Era como que yo estaba
haciendo lo natural y
correcto en ese lugar, y que alguna familia
histeriqueara mirando de
lejos vestida casi como para un día de lluvia me
parecía ridículo. "Pobres
de ellos, no saben lo que se pierden", me decía.
A todo esto, mi novia seguía igual que yo, en topless
y disfrutando de
la arena y el aire con olor a mar sin importarle lo
que pasaba
alrededor, hasta que empezaron a caer algunas gotas de
lluvia y decidimos emprender la retirada. Había pasado
sin dudas un día único, que seguramente repetiremos
aquí en Mar del Plata si el tiempo acompaña (hoy de
vuelta llueve, maldición) hasta que el sábado
retornemos a Buenos Aires, donde tal vez volvamos a
vivir algo así yendo a Palos Verdes. Nuestro grupo de
amigos seguramente no comprenderá lo que vivimos, pero
igual les vamos a contar a ver si alguno se prende. Lo
más probable igualmente es que no lo hagan, así que si
alguna pareja quiere escribirnos para ir a algún lado
juntos, hágalo nomás. Las condiciones serían que
tengan edades cercanas a las nuestras, que sientan el
nudismo como aquí les conté que lo vivimos ayer María
y yo y no tener aspiraciones de una relación swinger,
porque lo que queremos es compartir el nudismo con
amigos ! y no otra cosa.
Saludos,
gracias a todos los que hacen la página y perdón por
lo extenso del mensaje, pero creo que era interesante
que
contara todo con tanto detalle
Aldo y María
tangoaldo32@hotmail.com
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Hola soy Pepo, fui de vacaciones
con unos amigos a Punta del Este y por
supuesto salió la conversación de
Chiguagua (no sé cómo se escribe) y allá
fuimos, era el segundo día de
vacaciones, fue alucinante, como sacarme
a toda la sociedad de encima, hice un
paso y ya estaba quitándome la ropa,
había familias, niños, abuelas, fue
espectacular, a mi no me costó en
absoluto, a mis amigos un poco más,
porque estaban pendientes de las
miradas, yo solo disfruté de todo un mes
(porque obviamente fui todos los días)
de playa en toda su extensión y el
placer de bañarse sin ropa fue
indescriptible.
El que nunca lo hizo no sabe que se
pierde, pero tienen que ir al menos una
vez, van a ver que nadie está pendiente
del rollo o lo que fuere, se supone que
justamente vamos a un lugar donde nadie
"controle" si estás siguiendo o no las
reglas sociales, es UNICA la experiencia
Pepo
pepo5@hotmail.com
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Soy Adalberto, leyendo las
experiencia que figuran en la página
observé que el relato de Alicia es muy
similar a lo que viví yo en mi primera
vez en esta actividad.
Me encontraba trabajando en España y
volviendo a Málaga desde Cadiz, eran
alrededor de la 15:30 hs. y a pesar que
estábamos a finales de mayo ya había
como 29 grados de temperatura, el día y
el paisaje eran espectaculares, y me
dije que día estupendo para ir a la
playa, pero me quedaban casi dos horas
de viaje hasta el hotel para ir a
cambiarme, además cuando llegué ya no
habrá más sol. Entonces empecé con el
mismo juego que Alicia, que si me ven,
que si esto y lo otro, hasta que me
decidí. Paré en Benalmádena en una playa
nudista que se
llama Benalnat, un paraíso, pero ¡ojo!
estaba con traje, cómo hago para bajar a
una playa en traje, recordé que en el
baúl llevaba un bolsito con una toalla
de cara, me quedé en calzoncillos me
tapé con la toalla y baje descalzo a la
playa. Qué ridículo me veía yo, yo solo,
porque a nadie le llamó la atención, me
acomodé en la arena me saqué todo y me
fui al agua, que placer, la verdad que
tonto no haberlo hecho antes.
Desde ese día pido ir todos los años a
visitar a los clientes de esa zona, le
comento que ninguno de mis compañeros
desea ir España, son muy jodidos como
clientes hay que batallar mucho para
conseguir muy poco, en cambio todos
quieren ir a Francia o Alemania, piensan
que es mucho más agradable estar en
Paris o Munich que en Málaga. En cambio
yo estoy de parabienes, ya me conocí
todas la playas nudistas que hay desde Cádiz hasta Murcia y siempre encuentro
un rato para ir a visitar una nueva.
Saludos y anímense
Adalberto
a_aad@uol.com.ar
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Hola, soy
Alicia y pasaré a relatarles
brevemente como me inicié
en el naturismo:
Había
sido invitada como disertante a un Congreso en una
ciudad cercana a Barcelona, era julio y los dos
primeros días había terminado tardísimo como a las
9 de la noche, pero el tercer día finalizó
misteriosamente a la 3 de la tarde. Volvía al
hotel para Barcelona cuando me di cuenta que era
un día magnífico y encima el recorrido era por un
camino costero , si iba hasta al hotel a buscar la
malla se me hacia de noche y no podía disfrutar de
la playa, de repente se me vino una idea descabellada,
y si me meto sin malla. Le informo que soy criada
en al Argentina en colegio de monjas, mi familia
es de lo más recatada y a mí jamás
se me hubiera ocurrido
pensar de esa manera, pero recordé a Hanglin que
siempre dice que aquel que se baña una sola vez
sin malla nunca más la usará. En fin me pasé un
par de kilómetros pensando que no debería hacerlo
y preguntándome, y si me ven, sos una catedrática
reconocida, qué dirán de mí, se me puede arruinar
la carrera, etc., etc. Hasta que me cansé de
escucharme y paré en la banquina, tenía puesto un
trajecito color durazno muy lindo y una blusa
blanca bordada, el pantalón
me lo arremangue y lo convertí en bermuda, la
blusa le desabroché los tres botones de abajo y me
la até tipo rumbera, los zapatos de tacos altos y
el saco los coloqué en el baúl del Clio que tenía
alquilado. Al ir al baúl encontré que la alfombra
me vendía bien para tirarme en la arena, así que
la enrollé y me dirigí a
una playa que se permitía el nudismo.
Baje descalza con los pantalones arremangados y la
alfombra en la mano, una loca total, me acerqué al
lado de dos señoras que estaban en la playa y
empecé a sacarme todo, la verdad que sensación
extraña, pensaba que todo el mundo me estaba
mirando, pero comprobé que a nadie le importaba un
rábano lo que yo hacía. Enseguida me fui al agua y
experimenté lo que Hanglin decía, que
maravilla!!!.
Me quedé hasta que se fue el sol, creo que fui la
ultima persona que abandonó la playa ese día.
Cuando volví al hotel estaba con el trajecito
puesto y bastante arrugado, los pelos hechos un
desastre, ¿Qué habrán
pensado los huéspedes y
empleados? .
Desde ese momento hasta ahora, 5 años han pasado,
elijo mis vacaciones buscando sólo donde hay
playas nudistas en cualquier punto del planeta, y
ahí voy.
Saludos, Alicia
mepa1_1@yahoo.com.ar
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Que tal amigos, somos
Marina y Carlos y
queremos compartir con
Uds. nuestra primera experiencia nudista
en Palos
Verdes. La verdad que costo
decidirnos; dudas y por que no algún
temor. Realmente
estamos felices de habernos iniciado en este
camino, y lamentamos no
haberlo hecho antes.
Hemos pasado una jornada inolvidable, entre la
naturaleza, el silencio y un
chapuzón en la
pileta; rodeados de gente muy respetuosa y
macanuda.
Mi esposa fue la primera en desnudarse
totalmente de entrada, sin anestesia como
dice el dicho y disfruto tanto el día
que yo no podía creer
la cara de felicidad
que tuvo.
La verdad que queremos contar esta experiencia a
nuestros conocidos aunque
tememos que no lo tomen como nosotros.
Estamos muy entusiasmados, pero queremos ir de a
poco porque nos pareció
un sueño haber estado
allí,
nada más por ahora,
gracias
Marina y
Carlos
car_hernandez@uol.com.ar
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Hola a todos!! Soy Diepi
No hace mucho, entré en una página web de Buzios
Brasil, para ver lo que me
esperaba en las vacaciones, y leyendo,
decía que había una playa nudista. La idea
parecía atrevida, entonces se lo comenté a mi
novia, y a duras penas, me
dijo que podíamos llegar a ir. Olho du
boi era la playa.
Nos fuimos a Buzios, y todos los días, le
preguntaba:
"-Vamos a Olho du Boi?-"
Ella, siempre respondía "-Mañana
vamos..., ya vamos a
ir..., después...-"
A mi me parecía que en realidad tendría
vergüenza, nunca había
estado en una playa
así, pero la idea me encantaba...
Dudaba, que al llegar, ni novia se
sacaría el traje de baño, por eso le dije que
si no se sentía cómoda,
podía dejárselo, que
no habría problema.... Ella
respondió que se sacaría solo la parte de
arriba, entonces le dije que estaba
bien, que nadie le iba a decir nada.
Llegó, así, el ultimo día, y yo me quedaba sin
ir a la playa...pasar
a metros
de una playa nudista y no entrar? ni
loco.
Me costó pero , la convencí de ir. Había que
pasar un morro, bastante alto,
hacía un calor de locos y avispas por
todos lados. Esto me costó aun mas para
convencerla. Llegamos arriba del morro,
por el camino sinuoso de tierra y nos
encontramos a una pareja completamente
desnudos, que volvían. Esto nos
sorprendió, pero seguimos.
Si la subida era empinada, ni les cuento la
bajada. Terrible. Pero lo superamos.
Por fin llegamos a la playa. Todos...como dios
los trajo al mundo. Yo pensaba
que mi novia se volvería en cualquier
momento, así, que me
di vuelta para decirle
que si quería volver, nos volvíamos. Me la
encuentro desnuda..toda...y
me dice "-Che...no te
vas a sacar la malla? Hay un cartel que dice que
hay que sacársela,
obligatoriamente..!!-"
Me sorprendió tanto...que casi ni reaccioné.
Buscamos una lugar y ..a disfrutar
del sol.
La playa una belleza. Silenciosa, agua caliente,
transparente, rodeada por
verde, un paraíso.
La pasamos bárbaro. Se siente una
libertad...como nunca. El sol, nos destruyó
las partes más blancas, pero la
experiencia fue buenísima. No se siente tanta
vergüenza como
uno cree.
Les recomiendo protector solar a full
!!!
La gente súper amable. Nunca nos habíamos visto,
y nos trataban como amigos de
toda la vida.
Lamentablemente, solo pudimos ir una vez, nos
teníamos que volver. Si hubiésemos
ido el primer día, creo que no hubiésemos
conocido otra playa! Se las
recomiendo.
No veo la hora de ir a otra.
Si tienen experiencias así, o de cualquier tipo,
y quieren compartirlas, no
duden en agregarlas.
Les mando saludos a todos y a broncearse sin líneas!
Un abrazo Diepi
diepi2003@hotmail.com
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Hola,
soy Rafael, vivo en Pontevedra y he
visto vuestra página y está muy bien. Os voy a
contar mi experiencia, aunque no soy nudista
"practicante", cuando estoy en mi
finca, a veces estoy desnudo y hago los trabajos de
mantenimiento, como por ejemplo cortar el césped
desnudo, y siento una sensación muy agradable
sintiendo la brisa sobre todo mi cuerpo. También
suelo nadar desnudo en mi piscina y es la forma más cómoda
de nadar, es maravilloso.
RAFVAZQUEZ@terra.es
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Soy
Andrés. Cuando leo algunos mensajes de
extranjeros que nacieron en familias nudistas y
me corroe la envidia!!
Como buen argentino con cierta edad (45 años),
me crié bajo una discipline donde la desnudez
es marcada como pecado o falta grave. Recién la
descubrí hace algunos años y lamento no
haberlo hecho hace mas tiempo, lamentablemente,
como toda novedad, mi pareja, a pesar
de haber sido puesta en conocimiento de mis
preferencias (el nudismo), no aprueba lo que
hago.
Sin embargo y gracias a una economía holgada
(en otros años, no actualmente) pude conocer
varios lugares nudistas de otros países. Lo
descubrí de pura casualidad en Chihuha en Punta
del Este en Uruguay, al pasar unas vacaciones
cerca de este paraíso. Todas las mañanas me
dedicaba a hacer footing playero ... la primera
vez que me encontré con gente nudista me dió
cierto resquemor por estar en un lugar que no
correspondía... la segunda vez, ya los miré
con cierta curiosidad cuasi voyeurística, la
tercera empecé a envidiar ese estilo de vida...
a la semana me planté y me desnudé... quedándome
quietito en mi lugar por vergüenza y por miedo
de ofender... pasaron los días y lo disfrutaba
realmente!! ya me paseaba por toda la playa sin
tener el mínimo indicio ni de vergüenza, ni de
perjuicio, ni de estar pecando... sino
simplemente disfrutándolo.
Conocí otros lugares... Hualover- Miami, Olho
de Boi- Buzios (no lo recomiendo, Praia da
Galheta- Florianopolis y finalmente (y
gracias!!) Playa Escondida en Argentina...
Espero este movimiento nudista siga avanzando en
nuestro país para que clarifiquemos nuestras
mentes y podamos formar nuestra opinión, que al
final, es la única valedera.
desnudoar@hotmail.com
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